La ELA afecta a la autonomía del paciente y su familia, origina una gran carga psicosocial y económica a la persona y familia para garantizar una buena atención a sus necesidades.
Diplomada en Trabajo Social, licenciada en Antropología Social y Cultural, máster en Intervención Social, con mención en el campo neurológico, y doctora en Ciencias de la Salud (programa de neurociencias) por la Universidad de Valladolid, con mención cum laude, por su tesis: La rehabilitación integral post-ictus: factores sociales de acceso, recuperación a largo plazo y trabajo social neurológico (codirigida por María José Aguilar y Juan F. Arenillas). Ejerce como trabajadora social desde el año 2006, y desde 2015 está dedicada al campo neurológico en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid.
Miembro de diversas comisiones y comités técnicos en el ámbito sociosanitario, entre las que destaca el grupo científico sobre Estrategia de Enfermedades Neurodegenerativas, Parkinson y Parkinsionismo, del Ministerio de Sanidad. Participa activamente en la Asociación Española de Trabajo Social y Salud, de la que ha sido delegada en Castilla y León. Ha realizado contribuciones relevantes en numerosos congresos nacionales e internacionales, jornadas y seminarios de especialización sobre trabajo social sanitario, y específicamente en el campo neurológico. La Fundación Luzón reconoció en 2021, como mejor comunicación social, su ponencia sobre intervención del trabajo social con personas diagnosticadas de ELA. En 2020 recibió el Premio de Trabajo Social por su trabajo: Las 4 “q” del trabajo social neurológico: qué, quién, porque y para qué.
Tiene publicaciones en revistas sobre la intervención del trabajo social con personas y familias que sufren Esclerosis Lateral Amiotrófica. Desde 2016 es también profesora en la Facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid.